
Los neobancos, con su promesa de agilidad, menores costos y una experiencia de usuario superior, están redefiniendo las reglas del juego en Colombia. En este contexto, Lulo bank del Grupo Gilinski no solo fue el pionero al obtener la primera licencia para operar como un banco 100% digital, sino que ha mantenido un ritmo de crecimiento acelerado.
Para entender las claves de su éxito y su visión de futuro, Pluralidad Z conversó en exclusiva con Santiago Mejía, vicepresidente de negocios de Lulo bank, quien nos desglosó cómo están rompiendo las barreras financieras para miles de colombianos.
Lulo bank ha logrado una hazaña notable en un tiempo relativamente corto, alcanzar una base de 600.000 clientes. Según Mejía, el secreto detrás de esta rápida adopción radica en una propuesta de valor clara y contundente. «Lulo bank viene creciendo pensando mucho en cómo le damos acceso a los colombianos a que puedan tener una vida crediticia», explica.
La simplicidad es su bandera, la posibilidad de descargar una aplicación y, en menos de cinco minutos, abrir una cuenta de ahorros, solicitar un crédito de libre inversión o realizar una compra de cartera, todo desde el celular. «Eso es lo que más estaban valorando nuestros usuarios, el poder ser demasiado rápidos y seguir rompiendo esa brecha», afirma Mejía.
Este enfoque no solo responde a una demanda de conveniencia, sino que ataca directamente un problema estructural del país: la dificultad de acceso al sistema financiero tradicional. El banco es impulsado por un equipo de más de 350 colaboradores distribuidos en Bogotá y otras ciudades, trabajando para consolidar esta visión.
Para mantener el impulso y fidelizar a su creciente base de usuarios, la innovación es constante. El lanzamiento más reciente y uno de los más ambiciosos es la cuenta Lulo Pro.
Este producto busca redefinir lo que los colombianos esperan de su banco, ofreciendo beneficios que hasta hace poco estaban reservados para segmentos de altos ingresos. «En la cuenta Lulo Pro vas a poder tener tasas preferenciales como el 10% efectivo anual en tus bolsillos Flex para que puedas aprender a ahorrar y tener rentabilidades», detalla el vicepresidente.
Pero la propuesta más disruptiva es, quizás, la integración con Lulo X, una plataforma que convive dentro de la misma aplicación y abre la puerta a las inversiones en moneda extranjera y activos digitales.
«Vas a poder hacer inversiones también en dólares o en euros a través de Lulo X con Stablecoins», señala Mejía.
Esta funcionalidad permite a cualquier usuario comprar dólares o euros y, para los más arriesgados, invertir en criptomonedas como Bitcoin, Solana o Ethereum. Lo más destacado es la rentabilidad ofrecida en dólares, que alcanza un 3.9% efectivo anual sobre las stablecoins asociadas al dólar.
Tomando como referencia una tasa de cambio de $3.900 COP por dólar, una inversión de $10.000 dólares (aproximadamente $39.000.000 COP) podría generar un retorno anual de $390 dólares, equivalentes a unos $1.521.000 COP, una cifra muy competitiva en el mercado local para activos en moneda dura. *No se aplicó valorización del dólar.
Con la llegada de nuevos jugadores al sector fintech y neobancario, la pregunta sobre la seguridad y la confianza es inevitable. Santiago Mejía es enfático al respecto. «Somos y seguimos siendo el primer neobanco 100% digital de Colombia, que cumple con toda la regulación y todos los estándares de seguridad y calidad que pide la Superintendencia Financiera de Colombia», asevera.
Este respaldo regulatorio es un diferenciador clave. Además, Lulo Bank cuenta con el Seguro de Depósitos de Fogafin, que protege los ahorros de los clientes hasta por $50 millones de pesos, ofreciendo una capa de tranquilidad similar a la de cualquier banco tradicional.
Mejía utiliza una estadística reveladora para contextualizar el desafío de la confianza, en Colombia existen más de 370 empresas fintech, pero solo ocho están reguladas como entidades de financiamiento o bancos. Lulo Bank se encuentra en este selecto grupo. «Nosotros estamos dentro de esas compañías que sí estamos vigiladas, que tenemos licencia para operar y por eso es que estamos rompiendo esa brecha de que no son seguros».
Al operar bajo la estricta vigilancia de la Superfinanciera, Lulo garantiza que los recursos de sus usuarios están 100% respaldados, combinando la agilidad de una fintech con la robustez de un banco regulado.
La desconfianza en la banca digital, según Mejía, también se explica por la alta dependencia del efectivo en el país, donde casi el 80% de las transacciones se realizan por este medio. Esto se debe, en gran parte, a las barreras del sistema tradicional: filas, papeleo y trámites engorrosos.
La misión de Lulo Bank es erradicar estas fricciones. Al permitir que cualquier colombiano, desde cualquier lugar del país, pueda abrir una cuenta bancaria con solo una foto de su cédula, el neobanco no solo digitaliza las finanzas, sino que promueve una mayor inclusión.
Al ser consultado sobre la visión a futuro, Santiago Mejía la resume en un objetivo claro y conciso para Lulo Bank en Colombia: «Poderle abrir cuentas, darle acceso a crédito a los colombianos y que podamos tener un ecosistema financiero aparente, rápido y seguro».
En definitiva, la estrategia de Lulo Bank no es simplemente ofrecer productos financieros a través de una aplicación, sino construir un ecosistema completo que democratice el acceso al crédito, al ahorro y, ahora, a la inversión global, todo desde la palma de la mano.
Los neobancos, con su promesa de agilidad, menores costos y una experiencia de usuario superior, están redefiniendo las reglas del juego en Colombia. En este contexto, Lulo bank del Grupo Gilinski no solo fue el pionero al obtener la primera licencia para operar como un banco 100% digital, sino que ha mantenido un ritmo de crecimiento acelerado.
Para entender las claves de su éxito y su visión de futuro, Pluralidad Z conversó en exclusiva con Santiago Mejía, vicepresidente de negocios de Lulo bank, quien nos desglosó cómo están rompiendo las barreras financieras para miles de colombianos.
Lulo bank ha logrado una hazaña notable en un tiempo relativamente corto, alcanzar una base de 600.000 clientes. Según Mejía, el secreto detrás de esta rápida adopción radica en una propuesta de valor clara y contundente. «Lulo bank viene creciendo pensando mucho en cómo le damos acceso a los colombianos a que puedan tener una vida crediticia», explica.
La simplicidad es su bandera, la posibilidad de descargar una aplicación y, en menos de cinco minutos, abrir una cuenta de ahorros, solicitar un crédito de libre inversión o realizar una compra de cartera, todo desde el celular. «Eso es lo que más estaban valorando nuestros usuarios, el poder ser demasiado rápidos y seguir rompiendo esa brecha», afirma Mejía.
Este enfoque no solo responde a una demanda de conveniencia, sino que ataca directamente un problema estructural del país: la dificultad de acceso al sistema financiero tradicional. El banco es impulsado por un equipo de más de 350 colaboradores distribuidos en Bogotá y otras ciudades, trabajando para consolidar esta visión.
Para mantener el impulso y fidelizar a su creciente base de usuarios, la innovación es constante. El lanzamiento más reciente y uno de los más ambiciosos es la cuenta Lulo Pro.
Este producto busca redefinir lo que los colombianos esperan de su banco, ofreciendo beneficios que hasta hace poco estaban reservados para segmentos de altos ingresos. «En la cuenta Lulo Pro vas a poder tener tasas preferenciales como el 10% efectivo anual en tus bolsillos Flex para que puedas aprender a ahorrar y tener rentabilidades», detalla el vicepresidente.
Pero la propuesta más disruptiva es, quizás, la integración con Lulo X, una plataforma que convive dentro de la misma aplicación y abre la puerta a las inversiones en moneda extranjera y activos digitales.
«Vas a poder hacer inversiones también en dólares o en euros a través de Lulo X con Stablecoins», señala Mejía.
Esta funcionalidad permite a cualquier usuario comprar dólares o euros y, para los más arriesgados, invertir en criptomonedas como Bitcoin, Solana o Ethereum. Lo más destacado es la rentabilidad ofrecida en dólares, que alcanza un 3.9% efectivo anual sobre las stablecoins asociadas al dólar.
Tomando como referencia una tasa de cambio de $3.900 COP por dólar, una inversión de $10.000 dólares (aproximadamente $39.000.000 COP) podría generar un retorno anual de $390 dólares, equivalentes a unos $1.521.000 COP, una cifra muy competitiva en el mercado local para activos en moneda dura. *No se aplicó valorización del dólar.
Con la llegada de nuevos jugadores al sector fintech y neobancario, la pregunta sobre la seguridad y la confianza es inevitable. Santiago Mejía es enfático al respecto. «Somos y seguimos siendo el primer neobanco 100% digital de Colombia, que cumple con toda la regulación y todos los estándares de seguridad y calidad que pide la Superintendencia Financiera de Colombia», asevera.
Este respaldo regulatorio es un diferenciador clave. Además, Lulo Bank cuenta con el Seguro de Depósitos de Fogafin, que protege los ahorros de los clientes hasta por $50 millones de pesos, ofreciendo una capa de tranquilidad similar a la de cualquier banco tradicional.
Mejía utiliza una estadística reveladora para contextualizar el desafío de la confianza, en Colombia existen más de 370 empresas fintech, pero solo ocho están reguladas como entidades de financiamiento o bancos. Lulo Bank se encuentra en este selecto grupo. «Nosotros estamos dentro de esas compañías que sí estamos vigiladas, que tenemos licencia para operar y por eso es que estamos rompiendo esa brecha de que no son seguros».
Al operar bajo la estricta vigilancia de la Superfinanciera, Lulo garantiza que los recursos de sus usuarios están 100% respaldados, combinando la agilidad de una fintech con la robustez de un banco regulado.
La desconfianza en la banca digital, según Mejía, también se explica por la alta dependencia del efectivo en el país, donde casi el 80% de las transacciones se realizan por este medio. Esto se debe, en gran parte, a las barreras del sistema tradicional: filas, papeleo y trámites engorrosos.
La misión de Lulo Bank es erradicar estas fricciones. Al permitir que cualquier colombiano, desde cualquier lugar del país, pueda abrir una cuenta bancaria con solo una foto de su cédula, el neobanco no solo digitaliza las finanzas, sino que promueve una mayor inclusión.
Al ser consultado sobre la visión a futuro, Santiago Mejía la resume en un objetivo claro y conciso para Lulo Bank en Colombia: «Poderle abrir cuentas, darle acceso a crédito a los colombianos y que podamos tener un ecosistema financiero aparente, rápido y seguro».
En definitiva, la estrategia de Lulo Bank no es simplemente ofrecer productos financieros a través de una aplicación, sino construir un ecosistema completo que democratice el acceso al crédito, al ahorro y, ahora, a la inversión global, todo desde la palma de la mano.
Los neobancos, con su promesa de agilidad, menores costos y una experiencia de usuario superior, están redefiniendo las reglas del juego en Colombia. En este contexto, Lulo bank del Grupo Gilinski no solo fue el pionero al obtener la primera licencia para operar como un banco 100% digital, sino que ha mantenido un ritmo de crecimiento acelerado.
Para entender las claves de su éxito y su visión de futuro, Pluralidad Z conversó en exclusiva con Santiago Mejía, vicepresidente de negocios de Lulo bank, quien nos desglosó cómo están rompiendo las barreras financieras para miles de colombianos.
Lulo bank ha logrado una hazaña notable en un tiempo relativamente corto, alcanzar una base de 600.000 clientes. Según Mejía, el secreto detrás de esta rápida adopción radica en una propuesta de valor clara y contundente. «Lulo bank viene creciendo pensando mucho en cómo le damos acceso a los colombianos a que puedan tener una vida crediticia», explica.
La simplicidad es su bandera, la posibilidad de descargar una aplicación y, en menos de cinco minutos, abrir una cuenta de ahorros, solicitar un crédito de libre inversión o realizar una compra de cartera, todo desde el celular. «Eso es lo que más estaban valorando nuestros usuarios, el poder ser demasiado rápidos y seguir rompiendo esa brecha», afirma Mejía.
Este enfoque no solo responde a una demanda de conveniencia, sino que ataca directamente un problema estructural del país: la dificultad de acceso al sistema financiero tradicional. El banco es impulsado por un equipo de más de 350 colaboradores distribuidos en Bogotá y otras ciudades, trabajando para consolidar esta visión.
Para mantener el impulso y fidelizar a su creciente base de usuarios, la innovación es constante. El lanzamiento más reciente y uno de los más ambiciosos es la cuenta Lulo Pro.
Este producto busca redefinir lo que los colombianos esperan de su banco, ofreciendo beneficios que hasta hace poco estaban reservados para segmentos de altos ingresos. «En la cuenta Lulo Pro vas a poder tener tasas preferenciales como el 10% efectivo anual en tus bolsillos Flex para que puedas aprender a ahorrar y tener rentabilidades», detalla el vicepresidente.
Pero la propuesta más disruptiva es, quizás, la integración con Lulo X, una plataforma que convive dentro de la misma aplicación y abre la puerta a las inversiones en moneda extranjera y activos digitales.
«Vas a poder hacer inversiones también en dólares o en euros a través de Lulo X con Stablecoins», señala Mejía.
Esta funcionalidad permite a cualquier usuario comprar dólares o euros y, para los más arriesgados, invertir en criptomonedas como Bitcoin, Solana o Ethereum. Lo más destacado es la rentabilidad ofrecida en dólares, que alcanza un 3.9% efectivo anual sobre las stablecoins asociadas al dólar.
Tomando como referencia una tasa de cambio de $3.900 COP por dólar, una inversión de $10.000 dólares (aproximadamente $39.000.000 COP) podría generar un retorno anual de $390 dólares, equivalentes a unos $1.521.000 COP, una cifra muy competitiva en el mercado local para activos en moneda dura. *No se aplicó valorización del dólar.
Con la llegada de nuevos jugadores al sector fintech y neobancario, la pregunta sobre la seguridad y la confianza es inevitable. Santiago Mejía es enfático al respecto. «Somos y seguimos siendo el primer neobanco 100% digital de Colombia, que cumple con toda la regulación y todos los estándares de seguridad y calidad que pide la Superintendencia Financiera de Colombia», asevera.
Este respaldo regulatorio es un diferenciador clave. Además, Lulo Bank cuenta con el Seguro de Depósitos de Fogafin, que protege los ahorros de los clientes hasta por $50 millones de pesos, ofreciendo una capa de tranquilidad similar a la de cualquier banco tradicional.
Mejía utiliza una estadística reveladora para contextualizar el desafío de la confianza, en Colombia existen más de 370 empresas fintech, pero solo ocho están reguladas como entidades de financiamiento o bancos. Lulo Bank se encuentra en este selecto grupo. «Nosotros estamos dentro de esas compañías que sí estamos vigiladas, que tenemos licencia para operar y por eso es que estamos rompiendo esa brecha de que no son seguros».
Al operar bajo la estricta vigilancia de la Superfinanciera, Lulo garantiza que los recursos de sus usuarios están 100% respaldados, combinando la agilidad de una fintech con la robustez de un banco regulado.
La desconfianza en la banca digital, según Mejía, también se explica por la alta dependencia del efectivo en el país, donde casi el 80% de las transacciones se realizan por este medio. Esto se debe, en gran parte, a las barreras del sistema tradicional: filas, papeleo y trámites engorrosos.
La misión de Lulo Bank es erradicar estas fricciones. Al permitir que cualquier colombiano, desde cualquier lugar del país, pueda abrir una cuenta bancaria con solo una foto de su cédula, el neobanco no solo digitaliza las finanzas, sino que promueve una mayor inclusión.
Al ser consultado sobre la visión a futuro, Santiago Mejía la resume en un objetivo claro y conciso para Lulo Bank en Colombia: «Poderle abrir cuentas, darle acceso a crédito a los colombianos y que podamos tener un ecosistema financiero aparente, rápido y seguro».
En definitiva, la estrategia de Lulo Bank no es simplemente ofrecer productos financieros a través de una aplicación, sino construir un ecosistema completo que democratice el acceso al crédito, al ahorro y, ahora, a la inversión global, todo desde la palma de la mano.