
La Fintech Alt.bank dio sus primeros pasos en el mercado nacional con Novücard, una tarjeta de crédito digital lanzada en 2022 y que actualmente cuenta con más de 90 000 clientes. Sin embargo, la empresa tiene planes de llevar su tecnología a un número mucho mayor de usuarios y, para lograrlo, está apostando por una nueva sigla: B2B.
Para ello, la empresa acaba de lanzar una solución de tarjeta de crédito de marca blanca, respaldada por una asociación estratégica con Pismo. La medida reposiciona a la empresa en el sector y amplía sus ambiciones de crecimiento, dirigiéndose a clientes de diferentes tamaños, desde otras fintech hasta grandes minoristas.
Según el estadounidense Brad Liebmann, fundador y director ejecutivo de Alt.bank, la decisión fue el resultado del aprendizaje con el propio producto B2C, y comenzó en el primer semestre del año, cuando la empresa lanzó su propio motor de crédito, que se ofreció como un producto B2B para fintechs e instituciones financieras.
Según el director ejecutivo, el paso de lanzar una tarjeta de marca blanca tiene que ver con la propia experiencia de la fintech. Según él, lanzar una tarjeta desde cero es un proceso complejo, que implica más de 20 asociaciones e integraciones diferentes.
«Esto va desde marcas como Visa y Mastercard hasta proveedores de antifraude, impresión, logística y otros», destaca Brad, en conversación con Startups.
Esta complejidad inspiró a Alt.bank a crear una oferta de implementación rápida, un producto «llave en mano», según Brad, capaz de acortar procesos y reducir costes para las empresas interesadas en tener su propio producto financiero.
«Hoy en día, somos la forma más fácil de lanzar una tarjeta de crédito en Brasil. En lugar de pasar por varias interacciones y semanas o meses de procesos, es posible poner la tarjeta en circulación con nosotros en 30 días», dijo el director ejecutivo.
Para alcanzar la agilidad esperada para el producto, Alt.bank recurrió a Pismo, una fintech brasileña adquirida en 2024 por Visa. Con la plataforma en la nube y basada en API de Pismo, la fintech logró alcanzar el formato «llave en mano» deseado, con soporte para recursos avanzados como Pix Crédito, carteras digitales, pagos a plazos e integraciones con canales de venta físicos y online.
«Estamos ofreciendo a nuestros clientes la oportunidad de utilizar una plataforma de última generación, reconocida por su escalabilidad, confiabilidad y alineada con las mejores prácticas regulatorias. No se trata solo de lanzar tarjetas. Se trata de desbloquear el crédito con inteligencia, en un plazo récord», afirma Brad.
La proximidad ha evolucionado hacia un modelo de cooperación comercial. Pismo comenzó a recomendar empresas a Alt.bank, especialmente aquellas que no pueden asumir proyectos directos en la procesadora, pero que encuentran en la solución de marca blanca una puerta de entrada viable.
La Fintech Alt.bank dio sus primeros pasos en el mercado nacional con Novücard, una tarjeta de crédito digital lanzada en 2022 y que actualmente cuenta con más de 90 000 clientes. Sin embargo, la empresa tiene planes de llevar su tecnología a un número mucho mayor de usuarios y, para lograrlo, está apostando por una nueva sigla: B2B.
Para ello, la empresa acaba de lanzar una solución de tarjeta de crédito de marca blanca, respaldada por una asociación estratégica con Pismo. La medida reposiciona a la empresa en el sector y amplía sus ambiciones de crecimiento, dirigiéndose a clientes de diferentes tamaños, desde otras fintech hasta grandes minoristas.
Según el estadounidense Brad Liebmann, fundador y director ejecutivo de Alt.bank, la decisión fue el resultado del aprendizaje con el propio producto B2C, y comenzó en el primer semestre del año, cuando la empresa lanzó su propio motor de crédito, que se ofreció como un producto B2B para fintechs e instituciones financieras.
Según el director ejecutivo, el paso de lanzar una tarjeta de marca blanca tiene que ver con la propia experiencia de la fintech. Según él, lanzar una tarjeta desde cero es un proceso complejo, que implica más de 20 asociaciones e integraciones diferentes.
«Esto va desde marcas como Visa y Mastercard hasta proveedores de antifraude, impresión, logística y otros», destaca Brad, en conversación con Startups.
Esta complejidad inspiró a Alt.bank a crear una oferta de implementación rápida, un producto «llave en mano», según Brad, capaz de acortar procesos y reducir costes para las empresas interesadas en tener su propio producto financiero.
«Hoy en día, somos la forma más fácil de lanzar una tarjeta de crédito en Brasil. En lugar de pasar por varias interacciones y semanas o meses de procesos, es posible poner la tarjeta en circulación con nosotros en 30 días», dijo el director ejecutivo.
Para alcanzar la agilidad esperada para el producto, Alt.bank recurrió a Pismo, una fintech brasileña adquirida en 2024 por Visa. Con la plataforma en la nube y basada en API de Pismo, la fintech logró alcanzar el formato «llave en mano» deseado, con soporte para recursos avanzados como Pix Crédito, carteras digitales, pagos a plazos e integraciones con canales de venta físicos y online.
«Estamos ofreciendo a nuestros clientes la oportunidad de utilizar una plataforma de última generación, reconocida por su escalabilidad, confiabilidad y alineada con las mejores prácticas regulatorias. No se trata solo de lanzar tarjetas. Se trata de desbloquear el crédito con inteligencia, en un plazo récord», afirma Brad.
La proximidad ha evolucionado hacia un modelo de cooperación comercial. Pismo comenzó a recomendar empresas a Alt.bank, especialmente aquellas que no pueden asumir proyectos directos en la procesadora, pero que encuentran en la solución de marca blanca una puerta de entrada viable.
La Fintech Alt.bank dio sus primeros pasos en el mercado nacional con Novücard, una tarjeta de crédito digital lanzada en 2022 y que actualmente cuenta con más de 90 000 clientes. Sin embargo, la empresa tiene planes de llevar su tecnología a un número mucho mayor de usuarios y, para lograrlo, está apostando por una nueva sigla: B2B.
Para ello, la empresa acaba de lanzar una solución de tarjeta de crédito de marca blanca, respaldada por una asociación estratégica con Pismo. La medida reposiciona a la empresa en el sector y amplía sus ambiciones de crecimiento, dirigiéndose a clientes de diferentes tamaños, desde otras fintech hasta grandes minoristas.
Según el estadounidense Brad Liebmann, fundador y director ejecutivo de Alt.bank, la decisión fue el resultado del aprendizaje con el propio producto B2C, y comenzó en el primer semestre del año, cuando la empresa lanzó su propio motor de crédito, que se ofreció como un producto B2B para fintechs e instituciones financieras.
Según el director ejecutivo, el paso de lanzar una tarjeta de marca blanca tiene que ver con la propia experiencia de la fintech. Según él, lanzar una tarjeta desde cero es un proceso complejo, que implica más de 20 asociaciones e integraciones diferentes.
«Esto va desde marcas como Visa y Mastercard hasta proveedores de antifraude, impresión, logística y otros», destaca Brad, en conversación con Startups.
Esta complejidad inspiró a Alt.bank a crear una oferta de implementación rápida, un producto «llave en mano», según Brad, capaz de acortar procesos y reducir costes para las empresas interesadas en tener su propio producto financiero.
«Hoy en día, somos la forma más fácil de lanzar una tarjeta de crédito en Brasil. En lugar de pasar por varias interacciones y semanas o meses de procesos, es posible poner la tarjeta en circulación con nosotros en 30 días», dijo el director ejecutivo.
Para alcanzar la agilidad esperada para el producto, Alt.bank recurrió a Pismo, una fintech brasileña adquirida en 2024 por Visa. Con la plataforma en la nube y basada en API de Pismo, la fintech logró alcanzar el formato «llave en mano» deseado, con soporte para recursos avanzados como Pix Crédito, carteras digitales, pagos a plazos e integraciones con canales de venta físicos y online.
«Estamos ofreciendo a nuestros clientes la oportunidad de utilizar una plataforma de última generación, reconocida por su escalabilidad, confiabilidad y alineada con las mejores prácticas regulatorias. No se trata solo de lanzar tarjetas. Se trata de desbloquear el crédito con inteligencia, en un plazo récord», afirma Brad.
La proximidad ha evolucionado hacia un modelo de cooperación comercial. Pismo comenzó a recomendar empresas a Alt.bank, especialmente aquellas que no pueden asumir proyectos directos en la procesadora, pero que encuentran en la solución de marca blanca una puerta de entrada viable.