
Con un flujo que ya roza el equivalente a medio punto del PIB anual de Colombia en apenas seis meses, las remesas enviadas por colombianos en el exterior alcanzaron más de US$ 6.408 millones en el primer semestre de 2025, un salto del 13,9 % frente al mismo periodo de 2024, según el Banco de la República. Solo en junio ingresaron US$ 1.084,15 millones, un aumento del 6,6 % respecto al mismo mes del año anterior. Este ritmo consolida al país como el tercer mayor receptor de remesas en América Latina, después de México y Guatemala.
Aunque los envíos son cada vez más ágiles en la mayoría de los canales, los costos de transferencia aún superan en algunos corredores la meta internacional de menos del 3 %. Este sobrecosto sigue representando un desafío para millones de hogares que dependen de estos recursos como principal fuente de ingreso y limita el potencial de impacto económico en las regiones receptoras.
La Fintech Kira, fundada en 2024 por el colombiano Camilo Jiménez, el dominicano Edrizio De La Cruz y el mexicano José Alberto “Beto” Díaz, llega al mercado local para resolver ese cuello de botella. Sus fundadores han liderado proyectos en empresas adquiridas por multinacionales y en unicornios de pagos y tecnología financiera. De La Cruz cofundó Arcus, comprada por Mastercard; Jiménez fue CTO de Littio, acelerada por YCombinator; y Díaz lideró productos en los gigantes Clip y Stori, el primero democratizó los pagos con tarjeta para pequeños negocios; mientras que el segundo, abrió el crédito a millones de usuarios invisibles para la banca tradicional en América Latina.
En sus primeros 14 meses de operación, la compañía funcionó en modo stealth y logró más de US$3 millones en ingresos, cerró acuerdos con más de 40 clientes —incluyendo Banco Industrial, Banco N1co, un retailer global y startups como Suku, Borderless y Factcil—, y procesó un volumen anualizado de más de US$300 millones. Estos resultados le permitieron obtener la nueva inversión para iniciar su expansión regional hacía Colombia.
Su oferta combina stablecoins respaldadas al 100% por reservas auditadas, compatibilidad con redes como Ethereum, Solana, Tron y Stellar, y un sistema automatizado de cumplimiento regulatorio que valida identidades, monitorea transacciones y genera reportes en segundos. Procesos que tradicionalmente tardan días podrían completarse casi en tiempo real.
En el país, presentará tres soluciones: Payment Links para recibir pagos internacionales sin intermediarios, cuentas globales en stablecoins con disponibilidad inmediata y cumplimiento regulatorio adaptado a la normativa de la Superintendencia Financiera. En la práctica, esto significa que un exportador podría recibir el pago de una venta en horas, un trabajador remoto conservaría más de su ingreso gracias a menores comisiones y una familia dispondría de la remesa prácticamente al instante.
Su llegada reconfirma el momento que atraviesa el ecosistema Fintech local que ha ganado terreno frente a la banca tradicional, con jugadores como Bold, Treinta o Coloca Payments, entre otros. Sin embargo, expertos de la industria advierten que el reto no será solo tecnológico, sino regulatorio, en un entorno que todavía se adapta a los criptoactivos y stablecoins.
El Ministerio de Hacienda ha reiterado que reducir los costos de las remesas es clave para la inclusión financiera y para maximizar el impacto de esos recursos. La propuesta de Kira se alinea con esa meta y, de cumplir sus proyecciones, podría acercar a Colombia al estándar internacional del 3% en comisiones, liberando cientos de millones de dólares para consumo e inversión interna.
“Esta inversión nos permite acelerar la construcción de la infraestructura que la región necesita para competir en la economía digital global”, afirma De La Cruz. Y añade: “Queremos que una empresa en Bogotá mueva dinero con la misma facilidad que una en Nueva York o Londres”.
Esta Fintech proyecta duplicar su volumen procesado en 2025 y convertir al país en su centro de operaciones en América Latina. Si lo logra, Colombia no solo ahorrará millones en comisiones, sino que también podría convertirse en un referente regional en pagos rápidos, seguros y eficientes.
Con un flujo que ya roza el equivalente a medio punto del PIB anual de Colombia en apenas seis meses, las remesas enviadas por colombianos en el exterior alcanzaron más de US$ 6.408 millones en el primer semestre de 2025, un salto del 13,9 % frente al mismo periodo de 2024, según el Banco de la República. Solo en junio ingresaron US$ 1.084,15 millones, un aumento del 6,6 % respecto al mismo mes del año anterior. Este ritmo consolida al país como el tercer mayor receptor de remesas en América Latina, después de México y Guatemala.
Aunque los envíos son cada vez más ágiles en la mayoría de los canales, los costos de transferencia aún superan en algunos corredores la meta internacional de menos del 3 %. Este sobrecosto sigue representando un desafío para millones de hogares que dependen de estos recursos como principal fuente de ingreso y limita el potencial de impacto económico en las regiones receptoras.
La Fintech Kira, fundada en 2024 por el colombiano Camilo Jiménez, el dominicano Edrizio De La Cruz y el mexicano José Alberto “Beto” Díaz, llega al mercado local para resolver ese cuello de botella. Sus fundadores han liderado proyectos en empresas adquiridas por multinacionales y en unicornios de pagos y tecnología financiera. De La Cruz cofundó Arcus, comprada por Mastercard; Jiménez fue CTO de Littio, acelerada por YCombinator; y Díaz lideró productos en los gigantes Clip y Stori, el primero democratizó los pagos con tarjeta para pequeños negocios; mientras que el segundo, abrió el crédito a millones de usuarios invisibles para la banca tradicional en América Latina.
En sus primeros 14 meses de operación, la compañía funcionó en modo stealth y logró más de US$3 millones en ingresos, cerró acuerdos con más de 40 clientes —incluyendo Banco Industrial, Banco N1co, un retailer global y startups como Suku, Borderless y Factcil—, y procesó un volumen anualizado de más de US$300 millones. Estos resultados le permitieron obtener la nueva inversión para iniciar su expansión regional hacía Colombia.
Su oferta combina stablecoins respaldadas al 100% por reservas auditadas, compatibilidad con redes como Ethereum, Solana, Tron y Stellar, y un sistema automatizado de cumplimiento regulatorio que valida identidades, monitorea transacciones y genera reportes en segundos. Procesos que tradicionalmente tardan días podrían completarse casi en tiempo real.
En el país, presentará tres soluciones: Payment Links para recibir pagos internacionales sin intermediarios, cuentas globales en stablecoins con disponibilidad inmediata y cumplimiento regulatorio adaptado a la normativa de la Superintendencia Financiera. En la práctica, esto significa que un exportador podría recibir el pago de una venta en horas, un trabajador remoto conservaría más de su ingreso gracias a menores comisiones y una familia dispondría de la remesa prácticamente al instante.
Su llegada reconfirma el momento que atraviesa el ecosistema Fintech local que ha ganado terreno frente a la banca tradicional, con jugadores como Bold, Treinta o Coloca Payments, entre otros. Sin embargo, expertos de la industria advierten que el reto no será solo tecnológico, sino regulatorio, en un entorno que todavía se adapta a los criptoactivos y stablecoins.
El Ministerio de Hacienda ha reiterado que reducir los costos de las remesas es clave para la inclusión financiera y para maximizar el impacto de esos recursos. La propuesta de Kira se alinea con esa meta y, de cumplir sus proyecciones, podría acercar a Colombia al estándar internacional del 3% en comisiones, liberando cientos de millones de dólares para consumo e inversión interna.
“Esta inversión nos permite acelerar la construcción de la infraestructura que la región necesita para competir en la economía digital global”, afirma De La Cruz. Y añade: “Queremos que una empresa en Bogotá mueva dinero con la misma facilidad que una en Nueva York o Londres”.
Esta Fintech proyecta duplicar su volumen procesado en 2025 y convertir al país en su centro de operaciones en América Latina. Si lo logra, Colombia no solo ahorrará millones en comisiones, sino que también podría convertirse en un referente regional en pagos rápidos, seguros y eficientes.
Con un flujo que ya roza el equivalente a medio punto del PIB anual de Colombia en apenas seis meses, las remesas enviadas por colombianos en el exterior alcanzaron más de US$ 6.408 millones en el primer semestre de 2025, un salto del 13,9 % frente al mismo periodo de 2024, según el Banco de la República. Solo en junio ingresaron US$ 1.084,15 millones, un aumento del 6,6 % respecto al mismo mes del año anterior. Este ritmo consolida al país como el tercer mayor receptor de remesas en América Latina, después de México y Guatemala.
Aunque los envíos son cada vez más ágiles en la mayoría de los canales, los costos de transferencia aún superan en algunos corredores la meta internacional de menos del 3 %. Este sobrecosto sigue representando un desafío para millones de hogares que dependen de estos recursos como principal fuente de ingreso y limita el potencial de impacto económico en las regiones receptoras.
La Fintech Kira, fundada en 2024 por el colombiano Camilo Jiménez, el dominicano Edrizio De La Cruz y el mexicano José Alberto “Beto” Díaz, llega al mercado local para resolver ese cuello de botella. Sus fundadores han liderado proyectos en empresas adquiridas por multinacionales y en unicornios de pagos y tecnología financiera. De La Cruz cofundó Arcus, comprada por Mastercard; Jiménez fue CTO de Littio, acelerada por YCombinator; y Díaz lideró productos en los gigantes Clip y Stori, el primero democratizó los pagos con tarjeta para pequeños negocios; mientras que el segundo, abrió el crédito a millones de usuarios invisibles para la banca tradicional en América Latina.
En sus primeros 14 meses de operación, la compañía funcionó en modo stealth y logró más de US$3 millones en ingresos, cerró acuerdos con más de 40 clientes —incluyendo Banco Industrial, Banco N1co, un retailer global y startups como Suku, Borderless y Factcil—, y procesó un volumen anualizado de más de US$300 millones. Estos resultados le permitieron obtener la nueva inversión para iniciar su expansión regional hacía Colombia.
Su oferta combina stablecoins respaldadas al 100% por reservas auditadas, compatibilidad con redes como Ethereum, Solana, Tron y Stellar, y un sistema automatizado de cumplimiento regulatorio que valida identidades, monitorea transacciones y genera reportes en segundos. Procesos que tradicionalmente tardan días podrían completarse casi en tiempo real.
En el país, presentará tres soluciones: Payment Links para recibir pagos internacionales sin intermediarios, cuentas globales en stablecoins con disponibilidad inmediata y cumplimiento regulatorio adaptado a la normativa de la Superintendencia Financiera. En la práctica, esto significa que un exportador podría recibir el pago de una venta en horas, un trabajador remoto conservaría más de su ingreso gracias a menores comisiones y una familia dispondría de la remesa prácticamente al instante.
Su llegada reconfirma el momento que atraviesa el ecosistema Fintech local que ha ganado terreno frente a la banca tradicional, con jugadores como Bold, Treinta o Coloca Payments, entre otros. Sin embargo, expertos de la industria advierten que el reto no será solo tecnológico, sino regulatorio, en un entorno que todavía se adapta a los criptoactivos y stablecoins.
El Ministerio de Hacienda ha reiterado que reducir los costos de las remesas es clave para la inclusión financiera y para maximizar el impacto de esos recursos. La propuesta de Kira se alinea con esa meta y, de cumplir sus proyecciones, podría acercar a Colombia al estándar internacional del 3% en comisiones, liberando cientos de millones de dólares para consumo e inversión interna.
“Esta inversión nos permite acelerar la construcción de la infraestructura que la región necesita para competir en la economía digital global”, afirma De La Cruz. Y añade: “Queremos que una empresa en Bogotá mueva dinero con la misma facilidad que una en Nueva York o Londres”.
Esta Fintech proyecta duplicar su volumen procesado en 2025 y convertir al país en su centro de operaciones en América Latina. Si lo logra, Colombia no solo ahorrará millones en comisiones, sino que también podría convertirse en un referente regional en pagos rápidos, seguros y eficientes.