
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con […]
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con operaciones tanto físicas como digitales.
Creditop acaba de recaudar US$3,7 millones en una ronda liderada por el fondo estadounidense Collide Capital, con participación de Clocktower, Alaya Capital, Amador Holdings, Newtopia y Driven VC. La inversión busca consolidar su operación en Colombia y abrir camino hacia Centroamérica y Perú.
“Nuestra prioridad inmediata es consolidar el modelo en Colombia, pero estamos evaluando con cuidado oportunidades en mercados cercanos”, dijo Garzón en entrevista con Forbes. “El potencial de crecimiento es enorme, especialmente considerando que solo dos de cada diez latinoamericanos tienen tarjeta de crédito”.
Con menos de dos años en operación, Creditop ya procesa cerca de $50.000 millones (de pesos colombianos) mensuales en créditos, unos US$10 millones, y ha gestionado más de 300.000 transacciones. Su solución está activa en tiendas como Alkosto, Ktronix, Sonría, Corona, Coéxito, Mediarte y Amoblando Pullman.
El modelo original de Creditop ofrecía préstamos de vivienda y vehículos, pero resultó inviable.
“Entre más crecíamos, más plata perdíamos, siendo súper transparente”, reconoce Garzón. “El modelo era excesivamente exigente en capacidades operacionales y no era la tecnología la que realmente lograba masificar el producto”.
Además de depender de bancos tradicionales, lo que hacía difícil escalar, la compañía decidió apostar por un modelo con efectos de red, donde el costo de adquisición fuera cero. Así nació la nueva versión de Creditop, un software que integra distintas opciones de crédito directamente en el momento de la compra, tanto online como offline, sin necesidad de tarjeta de crédito.
Hoy Creditop conecta comercios con entidades financieras, bancos, cooperativas y fintechs como Bancolombia, Banco de Bogotá, Credifamilia, Finandina, Sistecrédito, Welli y Medipay.
“Lo que hace Creditop particularmente es eso, es conectar a los comercios con todas las opciones de financiamiento en el momento de la compra, tanto en tiendas físicas como virtuales”, explicó Garzón.
La implementación es sencilla, el cliente escanea un código QR en el punto de venta, ingresa sus datos y en tiempo real recibe las opciones de crédito disponibles según su perfil. El crédito se tokeniza y se convierte en un código de barras que puede usarse directamente en la caja para pagar en cuotas.
El modelo genera ingresos por dos vías: licenciamiento del software a los comercios y comisiones por originación de créditos cuando Creditop actúa como intermediario.
“Nosotros le vendemos un software al comercio, ese es un modelo software as a service. Y en algunos casos tenemos acuerdos con entidades por ser su software de originación y distribución transaccional”, explicó Garzón.
La ventaja frente a plataformas como Addi o Sistecrédito, que tienen sus propios códigos QR en los comercios, según Garzón, está en la diversidad de opciones.
“Los comercios que tienen Creditop le pueden ofrecer a los clientes múltiples opciones de financiamiento, y eso automáticamente le permite no ser dependiente únicamente de la política de riesgo de una sola entidad”, anota.
Garzón asegura que el objetivo no es convertirse en una entidad financiera. “Creíamos que ahí no íbamos a estar alineados con nuestra filosofía de generar inclusión financiera sin ser entidad”, dijo.
Su visión de largo plazo es construir una billetera de crédito interoperable, que permita a cualquier persona pagar a cuotas sin tarjeta de crédito, usando créditos de distintas entidades con una experiencia tan simple como pagar con Nequi.
“La misión final es democratizar el acceso al crédito de manera sencilla y transparente”, aseguró. “Esta inversión nos permite acelerar nuestro objetivo de convertirnos en el motor que impulse la inclusión financiera real en América Latina, beneficiando tanto a comercios como a consumidores finales”.
Con un equipo de 30 personas directas y unas 20 más en operación y fuerza comercial tercerizada, Creditop busca consolidar una solución tecnológica que resuelva un problema estructural: la falta de acceso a crédito formal en una región donde solo el 20% tiene tarjeta de crédito, pero donde ofrecer cuotas puede aumentar las ventas de los comercios hasta en un 60%.
“Facilitamos que cualquier comercio, independientemente de su tamaño, pueda ofrecer financiación en cuotas a sus clientes sin necesidad de una tarjeta de crédito”, concluyó Garzón.
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con […]
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con operaciones tanto físicas como digitales.
Creditop acaba de recaudar US$3,7 millones en una ronda liderada por el fondo estadounidense Collide Capital, con participación de Clocktower, Alaya Capital, Amador Holdings, Newtopia y Driven VC. La inversión busca consolidar su operación en Colombia y abrir camino hacia Centroamérica y Perú.
“Nuestra prioridad inmediata es consolidar el modelo en Colombia, pero estamos evaluando con cuidado oportunidades en mercados cercanos”, dijo Garzón en entrevista con Forbes. “El potencial de crecimiento es enorme, especialmente considerando que solo dos de cada diez latinoamericanos tienen tarjeta de crédito”.
Con menos de dos años en operación, Creditop ya procesa cerca de $50.000 millones (de pesos colombianos) mensuales en créditos, unos US$10 millones, y ha gestionado más de 300.000 transacciones. Su solución está activa en tiendas como Alkosto, Ktronix, Sonría, Corona, Coéxito, Mediarte y Amoblando Pullman.
El modelo original de Creditop ofrecía préstamos de vivienda y vehículos, pero resultó inviable.
“Entre más crecíamos, más plata perdíamos, siendo súper transparente”, reconoce Garzón. “El modelo era excesivamente exigente en capacidades operacionales y no era la tecnología la que realmente lograba masificar el producto”.
Además de depender de bancos tradicionales, lo que hacía difícil escalar, la compañía decidió apostar por un modelo con efectos de red, donde el costo de adquisición fuera cero. Así nació la nueva versión de Creditop, un software que integra distintas opciones de crédito directamente en el momento de la compra, tanto online como offline, sin necesidad de tarjeta de crédito.
Hoy Creditop conecta comercios con entidades financieras, bancos, cooperativas y fintechs como Bancolombia, Banco de Bogotá, Credifamilia, Finandina, Sistecrédito, Welli y Medipay.
“Lo que hace Creditop particularmente es eso, es conectar a los comercios con todas las opciones de financiamiento en el momento de la compra, tanto en tiendas físicas como virtuales”, explicó Garzón.
La implementación es sencilla, el cliente escanea un código QR en el punto de venta, ingresa sus datos y en tiempo real recibe las opciones de crédito disponibles según su perfil. El crédito se tokeniza y se convierte en un código de barras que puede usarse directamente en la caja para pagar en cuotas.
El modelo genera ingresos por dos vías: licenciamiento del software a los comercios y comisiones por originación de créditos cuando Creditop actúa como intermediario.
“Nosotros le vendemos un software al comercio, ese es un modelo software as a service. Y en algunos casos tenemos acuerdos con entidades por ser su software de originación y distribución transaccional”, explicó Garzón.
La ventaja frente a plataformas como Addi o Sistecrédito, que tienen sus propios códigos QR en los comercios, según Garzón, está en la diversidad de opciones.
“Los comercios que tienen Creditop le pueden ofrecer a los clientes múltiples opciones de financiamiento, y eso automáticamente le permite no ser dependiente únicamente de la política de riesgo de una sola entidad”, anota.
Garzón asegura que el objetivo no es convertirse en una entidad financiera. “Creíamos que ahí no íbamos a estar alineados con nuestra filosofía de generar inclusión financiera sin ser entidad”, dijo.
Su visión de largo plazo es construir una billetera de crédito interoperable, que permita a cualquier persona pagar a cuotas sin tarjeta de crédito, usando créditos de distintas entidades con una experiencia tan simple como pagar con Nequi.
“La misión final es democratizar el acceso al crédito de manera sencilla y transparente”, aseguró. “Esta inversión nos permite acelerar nuestro objetivo de convertirnos en el motor que impulse la inclusión financiera real en América Latina, beneficiando tanto a comercios como a consumidores finales”.
Con un equipo de 30 personas directas y unas 20 más en operación y fuerza comercial tercerizada, Creditop busca consolidar una solución tecnológica que resuelva un problema estructural: la falta de acceso a crédito formal en una región donde solo el 20% tiene tarjeta de crédito, pero donde ofrecer cuotas puede aumentar las ventas de los comercios hasta en un 60%.
“Facilitamos que cualquier comercio, independientemente de su tamaño, pueda ofrecer financiación en cuotas a sus clientes sin necesidad de una tarjeta de crédito”, concluyó Garzón.
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con […]
Cuando Daniel Garzón intentó sacar un crédito de vivienda hace unos años, se encontró con un sistema lento y frustrante. Esa experiencia lo llevó a fundar Creditop, una fintech colombiana que comenzó como un marketplace de créditos para vivienda, pero que ahora se ha convertido un agregador de financiamiento en el punto de venta con operaciones tanto físicas como digitales.
Creditop acaba de recaudar US$3,7 millones en una ronda liderada por el fondo estadounidense Collide Capital, con participación de Clocktower, Alaya Capital, Amador Holdings, Newtopia y Driven VC. La inversión busca consolidar su operación en Colombia y abrir camino hacia Centroamérica y Perú.
“Nuestra prioridad inmediata es consolidar el modelo en Colombia, pero estamos evaluando con cuidado oportunidades en mercados cercanos”, dijo Garzón en entrevista con Forbes. “El potencial de crecimiento es enorme, especialmente considerando que solo dos de cada diez latinoamericanos tienen tarjeta de crédito”.
Con menos de dos años en operación, Creditop ya procesa cerca de $50.000 millones (de pesos colombianos) mensuales en créditos, unos US$10 millones, y ha gestionado más de 300.000 transacciones. Su solución está activa en tiendas como Alkosto, Ktronix, Sonría, Corona, Coéxito, Mediarte y Amoblando Pullman.
El modelo original de Creditop ofrecía préstamos de vivienda y vehículos, pero resultó inviable.
“Entre más crecíamos, más plata perdíamos, siendo súper transparente”, reconoce Garzón. “El modelo era excesivamente exigente en capacidades operacionales y no era la tecnología la que realmente lograba masificar el producto”.
Además de depender de bancos tradicionales, lo que hacía difícil escalar, la compañía decidió apostar por un modelo con efectos de red, donde el costo de adquisición fuera cero. Así nació la nueva versión de Creditop, un software que integra distintas opciones de crédito directamente en el momento de la compra, tanto online como offline, sin necesidad de tarjeta de crédito.
Hoy Creditop conecta comercios con entidades financieras, bancos, cooperativas y fintechs como Bancolombia, Banco de Bogotá, Credifamilia, Finandina, Sistecrédito, Welli y Medipay.
“Lo que hace Creditop particularmente es eso, es conectar a los comercios con todas las opciones de financiamiento en el momento de la compra, tanto en tiendas físicas como virtuales”, explicó Garzón.
La implementación es sencilla, el cliente escanea un código QR en el punto de venta, ingresa sus datos y en tiempo real recibe las opciones de crédito disponibles según su perfil. El crédito se tokeniza y se convierte en un código de barras que puede usarse directamente en la caja para pagar en cuotas.
El modelo genera ingresos por dos vías: licenciamiento del software a los comercios y comisiones por originación de créditos cuando Creditop actúa como intermediario.
“Nosotros le vendemos un software al comercio, ese es un modelo software as a service. Y en algunos casos tenemos acuerdos con entidades por ser su software de originación y distribución transaccional”, explicó Garzón.
La ventaja frente a plataformas como Addi o Sistecrédito, que tienen sus propios códigos QR en los comercios, según Garzón, está en la diversidad de opciones.
“Los comercios que tienen Creditop le pueden ofrecer a los clientes múltiples opciones de financiamiento, y eso automáticamente le permite no ser dependiente únicamente de la política de riesgo de una sola entidad”, anota.
Garzón asegura que el objetivo no es convertirse en una entidad financiera. “Creíamos que ahí no íbamos a estar alineados con nuestra filosofía de generar inclusión financiera sin ser entidad”, dijo.
Su visión de largo plazo es construir una billetera de crédito interoperable, que permita a cualquier persona pagar a cuotas sin tarjeta de crédito, usando créditos de distintas entidades con una experiencia tan simple como pagar con Nequi.
“La misión final es democratizar el acceso al crédito de manera sencilla y transparente”, aseguró. “Esta inversión nos permite acelerar nuestro objetivo de convertirnos en el motor que impulse la inclusión financiera real en América Latina, beneficiando tanto a comercios como a consumidores finales”.
Con un equipo de 30 personas directas y unas 20 más en operación y fuerza comercial tercerizada, Creditop busca consolidar una solución tecnológica que resuelva un problema estructural: la falta de acceso a crédito formal en una región donde solo el 20% tiene tarjeta de crédito, pero donde ofrecer cuotas puede aumentar las ventas de los comercios hasta en un 60%.
“Facilitamos que cualquier comercio, independientemente de su tamaño, pueda ofrecer financiación en cuotas a sus clientes sin necesidad de una tarjeta de crédito”, concluyó Garzón.