En los últimos años, la infraestructura en la nube y la arquitectura de microservicios se han consolidado como factores disruptivos clave en la transformación de las tecnologías de pago, impulsando una nueva agenda enfocada en eficiencia operativa sin precedentes, resiliencia, transparencia, facilidad de gestión y optimización de costos. En BPC, como pioneros en su adopción, hemos anticipado estas tendencias y las hemos integrado estratégicamente en el desarrollo de nuestros productos, obteniendo resultados tangibles y aprendizajes valiosos.
La modernización de sistemas es una respuesta estratégica a los desafíos del mercado y a las crecientes expectativas de los clientes, tanto actuales como futuras. En BPC, este proceso ha reflejado la evolución natural del sector tecnológico, donde proveedores y desarrolladores enfrentamos contextos similares y seguimos tendencias convergentes. No obstante, nuestro enfoque ha estado guiado por una vocación constante por la innovación y el liderazgo intelectual. Por eso, nuestra experiencia va más allá de mantener actualizada la suite de productos SmartVista: buscamos anticiparnos al futuro, generando valor para colegas, socios y clientes del ecosistema de pagos que comparten esta visión de futuro.
El principal motor detrás de la modernización de SmartVista ha sido siempre la búsqueda de excelencia tecnológica y la determinación de mantenernos a la vanguardia de las tendencias de TI y del mercado con el objetivo de beneficiar a más instituciones financieras y usuarios finales con soluciones modernas, eficientes y accesibles en su vida cotidiana. Así mismo, entendemos que las inversiones iniciales en infraestructura, bases de datos o plataformas propias pueden representar un obstáculo significativo, especialmente para jugadores más pequeños. Por ello, hemos apostado por soluciones asequibles, escalables y de alto rendimiento, bien recibidas en todos los segmentos de la industria.
Nuestra respuesta ha sido identificar e integrar tecnologías y enfoques que aumenten el valor, la funcionalidad y la usabilidad de nuestros productos, manteniendo siempre la eficiencia en costos. En esa línea, adoptamos tempranamente la infraestructura en la nube y la arquitectura de microservicios, dos transformaciones clave que desafiaron el enfoque tradicional basado en hardware complejo y costoso, y que se alinearon perfectamente con nuestra ambición de ofrecer tecnología avanzada a un precio justo.
Hoy, con los clústeres en la nube y los microservicios ya consolidados como estándar del sector, BPC cuenta con una suite Cloud Native y una sólida experiencia en implementaciones en la nube, abarcando distintas escalas y niveles de complejidad.
El creciente interés de los clientes confirma que los servicios en la nube tienen un potencial significativo, tanto en términos tecnológicos como comerciales. Desde nuestra perspectiva global, observamos una tendencia firme entre instituciones financieras de todos los tamaños —incluidas fintechs— que ya han iniciado, o están considerando, la migración hacia entornos cloud públicos o privados. Aunque algunos bancos de gran tamaño mantienen una postura cautelosa respecto a migrar sistemas críticos, las entidades más pequeñas y las fintechs están liderando esta transformación con agilidad, lo que abre un amplio margen de oportunidad para proveedores nativos en la nube como BPC.
En términos simples, desplegar en la nube implica utilizar capacidad de cómputo bajo demanda. El verdadero valor, sin embargo, radica en cómo se aprovecha esa capacidad.
Inicialmente, la nube —mediante máquinas virtuales o centros de datos virtuales— surgió como una alternativa más económica y flexible frente a la infraestructura on-premise. Ya este cambio resultaba atractivo para clientes que buscaban reducir costos operativos en hardware y mantenimiento. Pero el punto de inflexión llegó con la aparición de la clusterización basada en Kubernetes/OpenShift, soportada por arquitecturas de microservicios y la contenerización.
Esta combinación tecnológica abrió una nueva era en la computación en la nube: ahora es posible desplegar, escalar y actualizar sistemas con mayor eficiencia, resiliencia y capacidad de recuperación ante desastres y otras características críticas. Al dividir una solución en microservicios empaquetados en contenedores, cada componente puede operar e interactuar de forma fluida dentro de un clúster, eliminando las limitaciones de la infraestructura física tradicional.
Una vez que el producto se ha dividido en partes lógicas —o microservicios— y se ha empaquetado en contenedores, estos pueden desplegarse en un clúster, donde se comunican entre sí y operan de manera fluida y continua.
Ya no existen limitaciones asociadas a la capacidad o al costo del hardware: es posible implementar una instancia personalizada en la nube sobre servidores cloud en muy poco tiempo y a un costo competitivo, especialmente en comparación con una instalación local similar.
Tampoco es necesario asumir la carga de personalizaciones complejas y costosas, pruebas, monitoreo o soporte. Con la arquitectura adecuada, un sistema nativo en la nube basado en clústeres distribuye y enruta todas las tareas entre módulos y servicios con máxima eficiencia e interoperabilidad, prácticamente sin intervención humana.
El resultado es una solución con alta tolerancia a fallos, gran transparencia y facilidad de gestión, escalabilidad prácticamente ilimitada y una utilización altamente eficiente de los recursos de cómputo, todo ello con un costo significativamente menor que el de una instalación interna y sin los gastos asociados a administración, soporte o mantenimiento.
¿Demasiado bueno para ser verdad? El único reto real está en adaptar los sistemas existentes a esta nueva arquitectura basada en microservicios. A menos, claro, que —como en el caso de BPC— hayan sido concebidos desde el inicio con un enfoque modular y cloud-friendly. La arquitectura de SmartVista fue diseñada con ese principio, lo que nos permitió responder rápidamente cuando nuestros primeros clientes solicitaron migrar a la nube. Así, realizamos implementaciones exitosas en Oracle Cloud Infrastructure (OCI), AWS y Google Cloud incluso antes de que esta práctica se generalizara en la industria.
También adoptamos desde temprano infraestructura basada en Docker, lo que llevó nuestras capacidades a otro nivel. Orquestada por Kubernetes/OpenShift, esta tecnología permite escalar sistemas dinámicamente, reiniciar módulos con fallos y automatizar el despliegue continuo, garantizando comunicación en tiempo real entre contenedores y eliminando interrupciones en actualizaciones o migraciones.
Al incorporar esta tecnología en nuestros productos, habilitamos una serie de servicios avanzados en la nube, tanto para nuestros clientes como para nosotros mismos. De esta forma, ya no es necesario invertir tiempo ni esfuerzo en configurar, monitorear o respaldar una base de datos física. En su lugar, los clientes pueden arrendar espacio en la nube según sus necesidades y desplegar una base de datos virtual —de cualquier capacidad— en tiempo real, completamente gestionada por el proveedor cloud. También pueden almacenar y administrar sus registros mediante OpenSearch, realizar la autenticación de usuarios con IAM, entre otros, sin necesidad de instalación, configuración ni monitoreo, lo que se traduce en un ahorro significativo en infraestructura, mantenimiento de centros de datos y gestión técnica.
Además, hemos establecido relaciones de trabajo sólidas con los equipos de AWS y OCI, contando con el respaldo directo de sus gerentes y arquitectos en temas como dimensionamiento, despliegue, configuración y aprovechamiento de componentes. Esta colaboración también nos permite acceder de primera mano a actualizaciones y nuevas funcionalidades en la nube, que compartimos con nuestros clientes.
“Como empresa tecnológica centrada en las necesidades del cliente y con sólidas capacidades de investigación y desarrollo, en BPC hemos acompañado —e incluso participado activamente— en cada una de las etapas de evolución del despliegue en la nube durante la última década: desde el hardware hasta las máquinas virtuales; de allí, hacia la verdadera infraestructura cloud; y de sistemas monolíticos a soluciones nativas en la nube y basadas en microservicios. En cuanto a integración de sistemas, el recorrido nos ha llevado de una orquestación punto a punto, tradicional y demandante, hacia un enfoque más simple y nativo basado en microservicios mediante Kubernetes/OpenShift. Hoy, el próximo nivel que ya se perfila en la comunidad tecnológica —y que estamos explorando— es el serverless”, concluye Evgeny Kozhin, Head of POC y experto en la materia.
Naturalmente, nuestra agenda de modernización no se limita exclusivamente a la nube. Sin embargo, al adoptar esta tecnología de forma temprana, hemos comprobado su efecto multiplicador en el desarrollo de productos, orientándolos hacia soluciones más eficientes. Para respaldar internamente nuestra apuesta por arquitecturas Cloud-Native, y más allá, hemos implementado procesos de Integración y Despliegue Continuos (CI/CD), soportados por equipos DevOps dedicados.
Nuestros ingenieros DevOps trabajan estrechamente con los equipos de desarrollo de producto para automatizar los procesos relacionados con el empaquetado en Docker. En términos prácticos, para cada nueva versión del producto consolidan todas las imágenes Docker a partir de los archivos Java en el repositorio, las despliegan en un clúster Kubernetes, ejecutan pruebas de estado, migran desde versiones anteriores, validan los scripts y despliegan el sistema en una nube pública.
Posteriormente, aplicamos la lógica basada en clústeres a otras áreas que, si bien no están necesariamente vinculadas a la nube, se benefician de este enfoque. Un ejemplo son las instalaciones multi-instancia o multinodo. En estos casos, la fragmentación del sistema (sharding) y el uso del SmartVista Load Balancer permiten escalar operaciones prácticamente sin límites, distribuyendo la carga entre distintos fragmentos. Esta capacidad resulta especialmente relevante para instituciones financieras de gran escala que procesan más de 1.000 transacciones por segundo (TPS), ya que suelen enfrentarse rápidamente a restricciones de hardware y a costos significativos. De hecho, el módulo de balanceo de carga fue desarrollado inicialmente para un banco de nivel uno, como parte de una instalación piloto de dos nodos, con el objetivo de mejorar la tolerancia a fallos. Hoy, este módulo ha evolucionado hacia una versión avanzada, disponible tanto en variantes tradicionales como Cloud Native, y ya ha sido implementado en múltiples clientes.
Al igual que la clusterización, las instalaciones multi-instancia eliminan el punto único de fallo al habilitar múltiples nodos de procesamiento de datos que operan en paralelo. Si uno de estos nodos presenta una falla, solo se ve afectada una fracción del sistema. Además, su respaldo no implica un alto costo, y el “load balancer” redirige automáticamente el flujo hacia otro nodo sin pérdidas ni interrupciones. A esto se suma el hecho de que la independencia de base de datos se ha convertido en un estándar ampliamente adoptado en la industria, lo que impulsa la necesidad de soportar distintos tipos de bases de datos, e incluso combinarlas dentro de una misma implementación. En este contexto, el diseño multinodo vuelve a demostrar su valor estratégico.
Otro ejemplo del proceso de modernización de los productos BPC a través de la descentralización —elemento esencial en arquitecturas basadas en clústeres en la nube, microservicios e instalaciones multinodo— es nuestra interfaz gráfica (GUI). Hemos pasado de tener una única interfaz por sistema a ofrecer portales dedicados que permiten gestionar clientes en todos los sistemas. Al mismo tiempo, conservamos nuestra interfaz tradicional, consolidada y confiable, destinada a los administradores de sistemas, y hemos desarrollado un portal específico para atención al cliente, diseñado expresamente para operadores bancarios, especialistas de call centers, ingenieros de soporte, entre otros.
Las API constituyen otra área en la que hemos logrado importantes mejoras con la implementación de Swagger, una API Abierta unificada para todos los componentes de la suite SmartVista, completamente alineada con nuestros requerimientos técnicos internos y con los estándares de la industria. Desde hace tiempo ofrecemos a nuestros clientes un componente Open API propio, que ahora ha sido migrado a nuestra plataforma de integración SVIP para maximizar su flexibilidad, configurabilidad, estandarización y seguridad. Gracias a los SDK correspondientes, los terceros pueden integrarse de manera más rápida y sencilla con nuestros sistemas.
BPC cuenta con más de 500 clientes en todo el mundo, y millones de personas disfrutan de una experiencia de usuario superior gracias a su tecnología. Esta trayectoria ha sido reconocida en múltiples ocasiones por analistas como Quadrant, Chartis, Celent, entre otros, que han destacado a BPC como líder en diversas categorías relacionadas con pagos y prevención del fraude. Además, ha recibido premios de entidades como The International Business Magazine, The Global Economics Awards, Gazet International Annual Awards, PAY360, entre otros, por sus servicios financieros innovadores, plataformas digitales avanzadas y su capacidad para acelerar la transformación digital.
En los últimos años, la infraestructura en la nube y la arquitectura de microservicios se han consolidado como factores disruptivos clave en la transformación de las tecnologías de pago, impulsando una nueva agenda enfocada en eficiencia operativa sin precedentes, resiliencia, transparencia, facilidad de gestión y optimización de costos. En BPC, como pioneros en su adopción, hemos anticipado estas tendencias y las hemos integrado estratégicamente en el desarrollo de nuestros productos, obteniendo resultados tangibles y aprendizajes valiosos.
La modernización de sistemas es una respuesta estratégica a los desafíos del mercado y a las crecientes expectativas de los clientes, tanto actuales como futuras. En BPC, este proceso ha reflejado la evolución natural del sector tecnológico, donde proveedores y desarrolladores enfrentamos contextos similares y seguimos tendencias convergentes. No obstante, nuestro enfoque ha estado guiado por una vocación constante por la innovación y el liderazgo intelectual. Por eso, nuestra experiencia va más allá de mantener actualizada la suite de productos SmartVista: buscamos anticiparnos al futuro, generando valor para colegas, socios y clientes del ecosistema de pagos que comparten esta visión de futuro.
El principal motor detrás de la modernización de SmartVista ha sido siempre la búsqueda de excelencia tecnológica y la determinación de mantenernos a la vanguardia de las tendencias de TI y del mercado con el objetivo de beneficiar a más instituciones financieras y usuarios finales con soluciones modernas, eficientes y accesibles en su vida cotidiana. Así mismo, entendemos que las inversiones iniciales en infraestructura, bases de datos o plataformas propias pueden representar un obstáculo significativo, especialmente para jugadores más pequeños. Por ello, hemos apostado por soluciones asequibles, escalables y de alto rendimiento, bien recibidas en todos los segmentos de la industria.
Nuestra respuesta ha sido identificar e integrar tecnologías y enfoques que aumenten el valor, la funcionalidad y la usabilidad de nuestros productos, manteniendo siempre la eficiencia en costos. En esa línea, adoptamos tempranamente la infraestructura en la nube y la arquitectura de microservicios, dos transformaciones clave que desafiaron el enfoque tradicional basado en hardware complejo y costoso, y que se alinearon perfectamente con nuestra ambición de ofrecer tecnología avanzada a un precio justo.
Hoy, con los clústeres en la nube y los microservicios ya consolidados como estándar del sector, BPC cuenta con una suite Cloud Native y una sólida experiencia en implementaciones en la nube, abarcando distintas escalas y niveles de complejidad.
El creciente interés de los clientes confirma que los servicios en la nube tienen un potencial significativo, tanto en términos tecnológicos como comerciales. Desde nuestra perspectiva global, observamos una tendencia firme entre instituciones financieras de todos los tamaños —incluidas fintechs— que ya han iniciado, o están considerando, la migración hacia entornos cloud públicos o privados. Aunque algunos bancos de gran tamaño mantienen una postura cautelosa respecto a migrar sistemas críticos, las entidades más pequeñas y las fintechs están liderando esta transformación con agilidad, lo que abre un amplio margen de oportunidad para proveedores nativos en la nube como BPC.
En términos simples, desplegar en la nube implica utilizar capacidad de cómputo bajo demanda. El verdadero valor, sin embargo, radica en cómo se aprovecha esa capacidad.
Inicialmente, la nube —mediante máquinas virtuales o centros de datos virtuales— surgió como una alternativa más económica y flexible frente a la infraestructura on-premise. Ya este cambio resultaba atractivo para clientes que buscaban reducir costos operativos en hardware y mantenimiento. Pero el punto de inflexión llegó con la aparición de la clusterización basada en Kubernetes/OpenShift, soportada por arquitecturas de microservicios y la contenerización.
Esta combinación tecnológica abrió una nueva era en la computación en la nube: ahora es posible desplegar, escalar y actualizar sistemas con mayor eficiencia, resiliencia y capacidad de recuperación ante desastres y otras características críticas. Al dividir una solución en microservicios empaquetados en contenedores, cada componente puede operar e interactuar de forma fluida dentro de un clúster, eliminando las limitaciones de la infraestructura física tradicional.
Una vez que el producto se ha dividido en partes lógicas —o microservicios— y se ha empaquetado en contenedores, estos pueden desplegarse en un clúster, donde se comunican entre sí y operan de manera fluida y continua.
Ya no existen limitaciones asociadas a la capacidad o al costo del hardware: es posible implementar una instancia personalizada en la nube sobre servidores cloud en muy poco tiempo y a un costo competitivo, especialmente en comparación con una instalación local similar.
Tampoco es necesario asumir la carga de personalizaciones complejas y costosas, pruebas, monitoreo o soporte. Con la arquitectura adecuada, un sistema nativo en la nube basado en clústeres distribuye y enruta todas las tareas entre módulos y servicios con máxima eficiencia e interoperabilidad, prácticamente sin intervención humana.
El resultado es una solución con alta tolerancia a fallos, gran transparencia y facilidad de gestión, escalabilidad prácticamente ilimitada y una utilización altamente eficiente de los recursos de cómputo, todo ello con un costo significativamente menor que el de una instalación interna y sin los gastos asociados a administración, soporte o mantenimiento.
¿Demasiado bueno para ser verdad? El único reto real está en adaptar los sistemas existentes a esta nueva arquitectura basada en microservicios. A menos, claro, que —como en el caso de BPC— hayan sido concebidos desde el inicio con un enfoque modular y cloud-friendly. La arquitectura de SmartVista fue diseñada con ese principio, lo que nos permitió responder rápidamente cuando nuestros primeros clientes solicitaron migrar a la nube. Así, realizamos implementaciones exitosas en Oracle Cloud Infrastructure (OCI), AWS y Google Cloud incluso antes de que esta práctica se generalizara en la industria.
También adoptamos desde temprano infraestructura basada en Docker, lo que llevó nuestras capacidades a otro nivel. Orquestada por Kubernetes/OpenShift, esta tecnología permite escalar sistemas dinámicamente, reiniciar módulos con fallos y automatizar el despliegue continuo, garantizando comunicación en tiempo real entre contenedores y eliminando interrupciones en actualizaciones o migraciones.
Al incorporar esta tecnología en nuestros productos, habilitamos una serie de servicios avanzados en la nube, tanto para nuestros clientes como para nosotros mismos. De esta forma, ya no es necesario invertir tiempo ni esfuerzo en configurar, monitorear o respaldar una base de datos física. En su lugar, los clientes pueden arrendar espacio en la nube según sus necesidades y desplegar una base de datos virtual —de cualquier capacidad— en tiempo real, completamente gestionada por el proveedor cloud. También pueden almacenar y administrar sus registros mediante OpenSearch, realizar la autenticación de usuarios con IAM, entre otros, sin necesidad de instalación, configuración ni monitoreo, lo que se traduce en un ahorro significativo en infraestructura, mantenimiento de centros de datos y gestión técnica.
Además, hemos establecido relaciones de trabajo sólidas con los equipos de AWS y OCI, contando con el respaldo directo de sus gerentes y arquitectos en temas como dimensionamiento, despliegue, configuración y aprovechamiento de componentes. Esta colaboración también nos permite acceder de primera mano a actualizaciones y nuevas funcionalidades en la nube, que compartimos con nuestros clientes.
“Como empresa tecnológica centrada en las necesidades del cliente y con sólidas capacidades de investigación y desarrollo, en BPC hemos acompañado —e incluso participado activamente— en cada una de las etapas de evolución del despliegue en la nube durante la última década: desde el hardware hasta las máquinas virtuales; de allí, hacia la verdadera infraestructura cloud; y de sistemas monolíticos a soluciones nativas en la nube y basadas en microservicios. En cuanto a integración de sistemas, el recorrido nos ha llevado de una orquestación punto a punto, tradicional y demandante, hacia un enfoque más simple y nativo basado en microservicios mediante Kubernetes/OpenShift. Hoy, el próximo nivel que ya se perfila en la comunidad tecnológica —y que estamos explorando— es el serverless”, concluye Evgeny Kozhin, Head of POC y experto en la materia.
Naturalmente, nuestra agenda de modernización no se limita exclusivamente a la nube. Sin embargo, al adoptar esta tecnología de forma temprana, hemos comprobado su efecto multiplicador en el desarrollo de productos, orientándolos hacia soluciones más eficientes. Para respaldar internamente nuestra apuesta por arquitecturas Cloud-Native, y más allá, hemos implementado procesos de Integración y Despliegue Continuos (CI/CD), soportados por equipos DevOps dedicados.
Nuestros ingenieros DevOps trabajan estrechamente con los equipos de desarrollo de producto para automatizar los procesos relacionados con el empaquetado en Docker. En términos prácticos, para cada nueva versión del producto consolidan todas las imágenes Docker a partir de los archivos Java en el repositorio, las despliegan en un clúster Kubernetes, ejecutan pruebas de estado, migran desde versiones anteriores, validan los scripts y despliegan el sistema en una nube pública.
Posteriormente, aplicamos la lógica basada en clústeres a otras áreas que, si bien no están necesariamente vinculadas a la nube, se benefician de este enfoque. Un ejemplo son las instalaciones multi-instancia o multinodo. En estos casos, la fragmentación del sistema (sharding) y el uso del SmartVista Load Balancer permiten escalar operaciones prácticamente sin límites, distribuyendo la carga entre distintos fragmentos. Esta capacidad resulta especialmente relevante para instituciones financieras de gran escala que procesan más de 1.000 transacciones por segundo (TPS), ya que suelen enfrentarse rápidamente a restricciones de hardware y a costos significativos. De hecho, el módulo de balanceo de carga fue desarrollado inicialmente para un banco de nivel uno, como parte de una instalación piloto de dos nodos, con el objetivo de mejorar la tolerancia a fallos. Hoy, este módulo ha evolucionado hacia una versión avanzada, disponible tanto en variantes tradicionales como Cloud Native, y ya ha sido implementado en múltiples clientes.
Al igual que la clusterización, las instalaciones multi-instancia eliminan el punto único de fallo al habilitar múltiples nodos de procesamiento de datos que operan en paralelo. Si uno de estos nodos presenta una falla, solo se ve afectada una fracción del sistema. Además, su respaldo no implica un alto costo, y el “load balancer” redirige automáticamente el flujo hacia otro nodo sin pérdidas ni interrupciones. A esto se suma el hecho de que la independencia de base de datos se ha convertido en un estándar ampliamente adoptado en la industria, lo que impulsa la necesidad de soportar distintos tipos de bases de datos, e incluso combinarlas dentro de una misma implementación. En este contexto, el diseño multinodo vuelve a demostrar su valor estratégico.
Otro ejemplo del proceso de modernización de los productos BPC a través de la descentralización —elemento esencial en arquitecturas basadas en clústeres en la nube, microservicios e instalaciones multinodo— es nuestra interfaz gráfica (GUI). Hemos pasado de tener una única interfaz por sistema a ofrecer portales dedicados que permiten gestionar clientes en todos los sistemas. Al mismo tiempo, conservamos nuestra interfaz tradicional, consolidada y confiable, destinada a los administradores de sistemas, y hemos desarrollado un portal específico para atención al cliente, diseñado expresamente para operadores bancarios, especialistas de call centers, ingenieros de soporte, entre otros.
Las API constituyen otra área en la que hemos logrado importantes mejoras con la implementación de Swagger, una API Abierta unificada para todos los componentes de la suite SmartVista, completamente alineada con nuestros requerimientos técnicos internos y con los estándares de la industria. Desde hace tiempo ofrecemos a nuestros clientes un componente Open API propio, que ahora ha sido migrado a nuestra plataforma de integración SVIP para maximizar su flexibilidad, configurabilidad, estandarización y seguridad. Gracias a los SDK correspondientes, los terceros pueden integrarse de manera más rápida y sencilla con nuestros sistemas.
BPC cuenta con más de 500 clientes en todo el mundo, y millones de personas disfrutan de una experiencia de usuario superior gracias a su tecnología. Esta trayectoria ha sido reconocida en múltiples ocasiones por analistas como Quadrant, Chartis, Celent, entre otros, que han destacado a BPC como líder en diversas categorías relacionadas con pagos y prevención del fraude. Además, ha recibido premios de entidades como The International Business Magazine, The Global Economics Awards, Gazet International Annual Awards, PAY360, entre otros, por sus servicios financieros innovadores, plataformas digitales avanzadas y su capacidad para acelerar la transformación digital.