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La Fintech chilena Haulmer, nacida en Curicó y fundada por cuatro amigos de colegio en 2017, acaba de dar un paso clave en su expansión al adquirir Digital Payments, la sociedad que operaba el negocio de prepago de Fpay, la billetera digital de Falabella.
Con esta operación, Haulmer obtuvo la licencia para emitir tarjetas de prepago, acercándose a su objetivo de transformarse en el neobanco de las pymes en Chile y la región.
A diferencia de la mayoría de las startups, Haulmer nunca levantó capital externo y es rentable desde 2020. Este año proyecta facturar US$35 millones, cuenta con 40.000 clientes y procesa US$140 millones al mes. Su equipo está compuesto por 254 colaboradores, el 80% de regiones, con 40% de mujeres y un modelo 100% remoto.
“Desde el inicio quisimos hacer las cosas de manera distinta”, explica Enrique Álvarez, cofundador. “No dependemos de inversionistas, tomamos decisiones en conjunto y mantenemos el control total de la empresa”.
Los orígenes de Haulmer se remontan a Open Cargo, su primer proyecto —un “Uber para transportistas”— que nunca despegó. Sin embargo, ese intento les permitió desarrollar un software de boleta electrónica, que se convirtió en el núcleo de su crecimiento bajo la marca OpenFactura.
El punto de inflexión llegó en 2021 con la entrada en vigor de la ley que exigía la boleta electrónica. A partir de ahí, Haulmer consolidó su portafolio con SimpleBoleta, su propia máquina POS, y luego expandió su ecosistema con marcas como Tuu (máquinas de pago), Chilefirmas (firma digital), Blue Hosting (web hosting) y Open Cloud (servidores en la nube).
Actualmente, Tuu tiene cerca del 10% del mercado de POS, sin contar los grandes comercios, y Haulmer entrega US$17 millones en financiamiento a los negocios que utilizan su plataforma.
El significado del nombre “Haulmer” —de haulm, el brote de una planta— simboliza su propósito: ayudar a que los emprendedores crezcan desde sus primeras etapas. “Queremos ser ese impulso que ayuda a los negocios a germinar y prosperar”, dice Álvarez.
El CEO San Feng, considerado el visionario del grupo, fue quien impulsó la compra de la licencia de Fpay como vía más directa para llegar al sector financiero. La negociación con Falabella se cerró en noviembre de 2024 y el traspaso se concretó en marzo de este año.
“Fue una negociación dura, como todas, pero teníamos alternativas y no había presión”, comenta Álvarez. Con esta adquisición, Haulmer obtuvo permiso para operar como emisor de tarjetas de pago con provisión de fondos no bancarias y actualmente está completando los procesos con la CMF (Comisión para el Mercado Financiero) para iniciar operaciones.
En paralelo, los fundadores ya registraron la empresa en México y Perú, y trabajan con una agencia para definir la marca de su nuevo producto financiero.
Los socios —todos cercanos a los 40 años— viajaron recientemente a China para conocer de primera mano las tendencias en pagos digitales. “Allá no vimos ni una moneda ni un billete, todo es digital. Eso reafirma nuestra visión de hacia dónde debemos ir”, agrega Álvarez.
Su meta final: obtener una licencia bancaria completa y convertirse en el neobanco que impulse a las pymes latinoamericanas.
La Fintech chilena Haulmer, nacida en Curicó y fundada por cuatro amigos de colegio en 2017, acaba de dar un paso clave en su expansión al adquirir Digital Payments, la sociedad que operaba el negocio de prepago de Fpay, la billetera digital de Falabella.
Con esta operación, Haulmer obtuvo la licencia para emitir tarjetas de prepago, acercándose a su objetivo de transformarse en el neobanco de las pymes en Chile y la región.
A diferencia de la mayoría de las startups, Haulmer nunca levantó capital externo y es rentable desde 2020. Este año proyecta facturar US$35 millones, cuenta con 40.000 clientes y procesa US$140 millones al mes. Su equipo está compuesto por 254 colaboradores, el 80% de regiones, con 40% de mujeres y un modelo 100% remoto.
“Desde el inicio quisimos hacer las cosas de manera distinta”, explica Enrique Álvarez, cofundador. “No dependemos de inversionistas, tomamos decisiones en conjunto y mantenemos el control total de la empresa”.
Los orígenes de Haulmer se remontan a Open Cargo, su primer proyecto —un “Uber para transportistas”— que nunca despegó. Sin embargo, ese intento les permitió desarrollar un software de boleta electrónica, que se convirtió en el núcleo de su crecimiento bajo la marca OpenFactura.
El punto de inflexión llegó en 2021 con la entrada en vigor de la ley que exigía la boleta electrónica. A partir de ahí, Haulmer consolidó su portafolio con SimpleBoleta, su propia máquina POS, y luego expandió su ecosistema con marcas como Tuu (máquinas de pago), Chilefirmas (firma digital), Blue Hosting (web hosting) y Open Cloud (servidores en la nube).
Actualmente, Tuu tiene cerca del 10% del mercado de POS, sin contar los grandes comercios, y Haulmer entrega US$17 millones en financiamiento a los negocios que utilizan su plataforma.
El significado del nombre “Haulmer” —de haulm, el brote de una planta— simboliza su propósito: ayudar a que los emprendedores crezcan desde sus primeras etapas. “Queremos ser ese impulso que ayuda a los negocios a germinar y prosperar”, dice Álvarez.
El CEO San Feng, considerado el visionario del grupo, fue quien impulsó la compra de la licencia de Fpay como vía más directa para llegar al sector financiero. La negociación con Falabella se cerró en noviembre de 2024 y el traspaso se concretó en marzo de este año.
“Fue una negociación dura, como todas, pero teníamos alternativas y no había presión”, comenta Álvarez. Con esta adquisición, Haulmer obtuvo permiso para operar como emisor de tarjetas de pago con provisión de fondos no bancarias y actualmente está completando los procesos con la CMF (Comisión para el Mercado Financiero) para iniciar operaciones.
En paralelo, los fundadores ya registraron la empresa en México y Perú, y trabajan con una agencia para definir la marca de su nuevo producto financiero.
Los socios —todos cercanos a los 40 años— viajaron recientemente a China para conocer de primera mano las tendencias en pagos digitales. “Allá no vimos ni una moneda ni un billete, todo es digital. Eso reafirma nuestra visión de hacia dónde debemos ir”, agrega Álvarez.
Su meta final: obtener una licencia bancaria completa y convertirse en el neobanco que impulse a las pymes latinoamericanas.
La Fintech chilena Haulmer, nacida en Curicó y fundada por cuatro amigos de colegio en 2017, acaba de dar un paso clave en su expansión al adquirir Digital Payments, la sociedad que operaba el negocio de prepago de Fpay, la billetera digital de Falabella.
Con esta operación, Haulmer obtuvo la licencia para emitir tarjetas de prepago, acercándose a su objetivo de transformarse en el neobanco de las pymes en Chile y la región.
A diferencia de la mayoría de las startups, Haulmer nunca levantó capital externo y es rentable desde 2020. Este año proyecta facturar US$35 millones, cuenta con 40.000 clientes y procesa US$140 millones al mes. Su equipo está compuesto por 254 colaboradores, el 80% de regiones, con 40% de mujeres y un modelo 100% remoto.
“Desde el inicio quisimos hacer las cosas de manera distinta”, explica Enrique Álvarez, cofundador. “No dependemos de inversionistas, tomamos decisiones en conjunto y mantenemos el control total de la empresa”.
Los orígenes de Haulmer se remontan a Open Cargo, su primer proyecto —un “Uber para transportistas”— que nunca despegó. Sin embargo, ese intento les permitió desarrollar un software de boleta electrónica, que se convirtió en el núcleo de su crecimiento bajo la marca OpenFactura.
El punto de inflexión llegó en 2021 con la entrada en vigor de la ley que exigía la boleta electrónica. A partir de ahí, Haulmer consolidó su portafolio con SimpleBoleta, su propia máquina POS, y luego expandió su ecosistema con marcas como Tuu (máquinas de pago), Chilefirmas (firma digital), Blue Hosting (web hosting) y Open Cloud (servidores en la nube).
Actualmente, Tuu tiene cerca del 10% del mercado de POS, sin contar los grandes comercios, y Haulmer entrega US$17 millones en financiamiento a los negocios que utilizan su plataforma.
El significado del nombre “Haulmer” —de haulm, el brote de una planta— simboliza su propósito: ayudar a que los emprendedores crezcan desde sus primeras etapas. “Queremos ser ese impulso que ayuda a los negocios a germinar y prosperar”, dice Álvarez.
El CEO San Feng, considerado el visionario del grupo, fue quien impulsó la compra de la licencia de Fpay como vía más directa para llegar al sector financiero. La negociación con Falabella se cerró en noviembre de 2024 y el traspaso se concretó en marzo de este año.
“Fue una negociación dura, como todas, pero teníamos alternativas y no había presión”, comenta Álvarez. Con esta adquisición, Haulmer obtuvo permiso para operar como emisor de tarjetas de pago con provisión de fondos no bancarias y actualmente está completando los procesos con la CMF (Comisión para el Mercado Financiero) para iniciar operaciones.
En paralelo, los fundadores ya registraron la empresa en México y Perú, y trabajan con una agencia para definir la marca de su nuevo producto financiero.
Los socios —todos cercanos a los 40 años— viajaron recientemente a China para conocer de primera mano las tendencias en pagos digitales. “Allá no vimos ni una moneda ni un billete, todo es digital. Eso reafirma nuestra visión de hacia dónde debemos ir”, agrega Álvarez.
Su meta final: obtener una licencia bancaria completa y convertirse en el neobanco que impulse a las pymes latinoamericanas.