Este concepto se desprende de la tendencia hacia la apertura de datos. En el Open Banking (Banca Abierta) los bancos permitirán el acceso a los datos de sus clientes a otras entidades financieras a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API), que permitirá la integración de servicios con terceros y la posibilidad de ofrecerlos a través de actores no financieros.
Cabe destacar que, en este modelo, los usuarios son los dueños de su información financiera, por lo tanto, ellos autorizan sí compartir sus datos o no. Si deciden hacerlo, se abre la posibilidad para que los bancos, fintechs o empresas no financieras puedan ofrecer productos y servicios financieros personalizados en el momento de compra adecuado.
Como resultado de esta nueva interacción se formarán nuevos ecosistemas de datos digitales que facilitarán las interacciones entre las instituciones financieras con sus clientes. Brasil, México, Colombia y Chile son los países en América Latina que avanzan en materia de regular el Open Banking.
Imagina, por ejemplo, que quieres comprar un carro a través de una página de internet. Necesitas un crédito y el portal ofrece varias entidades aliadas que te pueden ayudar, distintas a tu banco habitual. Lo que permite el Open Banking es que estas entidades, si estás de acuerdo, puedan acceder a tu información financiera para así brindarte un crédito de acuerdo a tus necesidades.
Este es solo un caso de muchos. Otro ejemplo es que tienes varios productos en distintos bancos. Una tarjeta de crédito, una tarjeta débito, un crédito hipotecario, un CDT, cada uno con una entidad. A través de la apertura de las APIS, una Fintech puede ofrecer una aplicación para tener todo en un solo lugar, en vez de entrar a la app o página de cada banco. Una solución así permite tener más control sobre las finanzas personales.
Estas soluciones también estarán dirigidas a empresas y pequeños negocios. Si una nueva empresa con expediente de crédito poco abultado paga con fiabilidad los servicios públicos, el alquiler y otras facturas, pueden mejorar sus posibilidades de recibir un préstamo, a veces por primera vez.
Otro caso es el Banco Topazio en Brasil, que con ayuda de la tecnología de Sensedia, pudo integrarse con más de 70 fintechs y aceleró el proceso para lanzar nuevos productos, de 1 año a 3 meses.
Normalmente, la información financiera de clientes y usuarios se almacena de manera centralizada en bancos y entidades de crédito. En línea con la tendencia del Open Data, que es la democratización del acceso a los datos, también nace el Open Banking, que es abrir los datos en el ámbito financiero.
Abrir los datos estimula la innovación de productos y servicios, así como la competencia entre bancos y proveedores tecnológicos. Un mayor acceso a los datos bancarios podría facilitar muchos de los procesos de las empresas, eliminar burocracia, ineficiencias y reprocesos. En últimas, el cliente será el más beneficiado, pues su experiencia de usuario será mejor. En este sentido, el banco que cree una percepción de eficiencia e innovación en los usuarios, será el que mejor se posicione.
La apertura de datos genera cierta desconfianza entre los usuarios. Esta es la principal barrera para la implementación del Open Banking. Sin embargo, si una API está bien diseñada, desarrollada y estructurada, y existen controles estrictos que rigen el ciclo completo de administración de API, estos problemas de seguridad desaparecerán.
La solución al problema de la seguridad en la banca online es el desarrollo de software y APIs con estructuras adecuadas y herramientas que garanticen su funcionamiento. Además, la mayoría de países cuentan con regulaciones o normativas bien establecidas frente al uso de datos, por lo que su implementación no supone una amenaza. Por el contrario, es una oportunidad para fortalecer la seguridad a la vez que la experiencia de usuario mejora .
El Open Banking trae beneficios para todos los implicados. En primer lugar, los clientes verán cambios que favorecen su experiencia de usuario. Entre tanto, las entidades financieras y otros proveedores tendrán que innovar y generar valor agregado en su apuesta comercial.
De acuerdo con McKinsey Global Institute, los beneficios macroeconómicos de las Finanzas Abiertas son enormes. En un análisis de 24 iniciativas de intercambio de datos financieros en banca y pagos, la empresa descubrió que la adopción generalizada de sistemas de datos abiertos puede suponer un impulso económico considerable. Este podría oscilar entre el 1-1,5% del PIB en 2030 en la Unión Europea, el Reino Unido y EE.UU. y hasta el 4-5% en la India.
Al implementar API, es posible integrar, de forma ágil, segura y escalable, entre sistemas heredados, aplicaciones móviles, servicios en la nube y ecosistemas de socios. Al combinar estas tecnologías, el potencial para generar nuevos negocios es enorme. Por ejemplo: los dispositivos pueden realizar microtransacciones con criptomonedas (pagos, inversiones, préstamos) de forma autónoma y directa entre ellos, utilizando contratos inteligentes y algoritmos.
Al compartir datos de todos los productos del sector financiero con un conjunto de empresas – ya sean financieras o no – se expandirá la apertura de información del sector a otros actores. De esta manera, se amplía el concepto de sistema bancario abierto para players de otros segmentos, como los minoristas, que poseen operaciones de pagos.
Las finanzas abiertas van más allá del alcance de los datos y servicios disponibles en su banco, cubriendo toda su huella financiera. Con su consentimiento, un tercero de confianza podría acceder a los datos financieros relacionados con pensiones, impuestos y seguros.
De esta forma, el Open Finance será responsable de la creación de un mercado más abierto e integrado en el sector financiero y esa tendencia acompañará nuevas oportunidades de negocios en diferentes industrias.
Este concepto se desprende de la tendencia hacia la apertura de datos. En el Open Banking (Banca Abierta) los bancos permitirán el acceso a los datos de sus clientes a otras entidades financieras a través de una interfaz de programación de aplicaciones (API), que permitirá la integración de servicios con terceros y la posibilidad de ofrecerlos a través de actores no financieros.
Cabe destacar que, en este modelo, los usuarios son los dueños de su información financiera, por lo tanto, ellos autorizan sí compartir sus datos o no. Si deciden hacerlo, se abre la posibilidad para que los bancos, fintechs o empresas no financieras puedan ofrecer productos y servicios financieros personalizados en el momento de compra adecuado.
Como resultado de esta nueva interacción se formarán nuevos ecosistemas de datos digitales que facilitarán las interacciones entre las instituciones financieras con sus clientes. Brasil, México, Colombia y Chile son los países en América Latina que avanzan en materia de regular el Open Banking.
Imagina, por ejemplo, que quieres comprar un carro a través de una página de internet. Necesitas un crédito y el portal ofrece varias entidades aliadas que te pueden ayudar, distintas a tu banco habitual. Lo que permite el Open Banking es que estas entidades, si estás de acuerdo, puedan acceder a tu información financiera para así brindarte un crédito de acuerdo a tus necesidades.
Este es solo un caso de muchos. Otro ejemplo es que tienes varios productos en distintos bancos. Una tarjeta de crédito, una tarjeta débito, un crédito hipotecario, un CDT, cada uno con una entidad. A través de la apertura de las APIS, una Fintech puede ofrecer una aplicación para tener todo en un solo lugar, en vez de entrar a la app o página de cada banco. Una solución así permite tener más control sobre las finanzas personales.
Estas soluciones también estarán dirigidas a empresas y pequeños negocios. Si una nueva empresa con expediente de crédito poco abultado paga con fiabilidad los servicios públicos, el alquiler y otras facturas, pueden mejorar sus posibilidades de recibir un préstamo, a veces por primera vez.
Otro caso es el Banco Topazio en Brasil, que con ayuda de la tecnología de Sensedia, pudo integrarse con más de 70 fintechs y aceleró el proceso para lanzar nuevos productos, de 1 año a 3 meses.
Normalmente, la información financiera de clientes y usuarios se almacena de manera centralizada en bancos y entidades de crédito. En línea con la tendencia del Open Data, que es la democratización del acceso a los datos, también nace el Open Banking, que es abrir los datos en el ámbito financiero.
Abrir los datos estimula la innovación de productos y servicios, así como la competencia entre bancos y proveedores tecnológicos. Un mayor acceso a los datos bancarios podría facilitar muchos de los procesos de las empresas, eliminar burocracia, ineficiencias y reprocesos. En últimas, el cliente será el más beneficiado, pues su experiencia de usuario será mejor. En este sentido, el banco que cree una percepción de eficiencia e innovación en los usuarios, será el que mejor se posicione.
La apertura de datos genera cierta desconfianza entre los usuarios. Esta es la principal barrera para la implementación del Open Banking. Sin embargo, si una API está bien diseñada, desarrollada y estructurada, y existen controles estrictos que rigen el ciclo completo de administración de API, estos problemas de seguridad desaparecerán.
La solución al problema de la seguridad en la banca online es el desarrollo de software y APIs con estructuras adecuadas y herramientas que garanticen su funcionamiento. Además, la mayoría de países cuentan con regulaciones o normativas bien establecidas frente al uso de datos, por lo que su implementación no supone una amenaza. Por el contrario, es una oportunidad para fortalecer la seguridad a la vez que la experiencia de usuario mejora .
El Open Banking trae beneficios para todos los implicados. En primer lugar, los clientes verán cambios que favorecen su experiencia de usuario. Entre tanto, las entidades financieras y otros proveedores tendrán que innovar y generar valor agregado en su apuesta comercial.
De acuerdo con McKinsey Global Institute, los beneficios macroeconómicos de las Finanzas Abiertas son enormes. En un análisis de 24 iniciativas de intercambio de datos financieros en banca y pagos, la empresa descubrió que la adopción generalizada de sistemas de datos abiertos puede suponer un impulso económico considerable. Este podría oscilar entre el 1-1,5% del PIB en 2030 en la Unión Europea, el Reino Unido y EE.UU. y hasta el 4-5% en la India.
Al implementar API, es posible integrar, de forma ágil, segura y escalable, entre sistemas heredados, aplicaciones móviles, servicios en la nube y ecosistemas de socios. Al combinar estas tecnologías, el potencial para generar nuevos negocios es enorme. Por ejemplo: los dispositivos pueden realizar microtransacciones con criptomonedas (pagos, inversiones, préstamos) de forma autónoma y directa entre ellos, utilizando contratos inteligentes y algoritmos.
Al compartir datos de todos los productos del sector financiero con un conjunto de empresas – ya sean financieras o no – se expandirá la apertura de información del sector a otros actores. De esta manera, se amplía el concepto de sistema bancario abierto para players de otros segmentos, como los minoristas, que poseen operaciones de pagos.
Las finanzas abiertas van más allá del alcance de los datos y servicios disponibles en su banco, cubriendo toda su huella financiera. Con su consentimiento, un tercero de confianza podría acceder a los datos financieros relacionados con pensiones, impuestos y seguros.
De esta forma, el Open Finance será responsable de la creación de un mercado más abierto e integrado en el sector financiero y esa tendencia acompañará nuevas oportunidades de negocios en diferentes industrias.